Sigamos ahora viendo otra de las características del carisma
franciscano como por ejemplo el amor y
compromiso con la Iglesia.
Francisco, como ya vimos anteriormente, siempre quiso
vivir el Evangelio
dentro de la Iglesia,
no quería apartarse de ella a pesar de
los defectos que veía. Francisco estaba
convencido de que por encima de todo
tenía que estar su amor y respeto a la
Iglesia, y desde dentro con su
testimonio y compromiso
cristiano, era la forma
más eficaz de renovarla y ayudarle a ser
cada vez más fiel a Dios y a su misión
entre las personas, siendo más cercana y
evangélica.
Para Francisco, su vocación y su estilo de vida
sólo tenía sentido y se podría realizar
desde dentro de la Iglesia. En esto se
diferenciaba de otros grupos
“espirituales”, que en su deseo de ser
más fieles al Evangelio, terminaron por
estar fuera de la Iglesia y ser herejes.
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