Todos sabemos que
vivir el evangelio es difícil y en
ocasiones incluso nos crea problemas y
serios. Pero si deseamos ser cristianos
de verdad al menos tenemos que
esforzarnos sinceramente en vivirlo.
Pues bien, para
Francisco también era difícil vivir
según el evangelio. Especialmente cuando
dice: "Amarás a Dios sobre todas
las cosas". Pero él se lo tomo
en serio de verdad y lógicamente comenzó
a sufrir la incomprensión de sus amigos
e incluso de sus familiares,
especialmente de su padre, que esperaba
de su hijo un hábil comerciante y
respetado noble.
La relación
familiar entre Francisco y su padre
empeoraban por momentos. Francisco
descuidaba el trabajo y además repartía
los bienes familiares entre los pobres.
Su padre denunció la situación ante el
alcalde y tribunales, pero al no obtener
respuesta decidió acudir al obispo de
Asís.
El Obispo aun
reconociendo la razón del padre, no
recriminó a Francisco por querer vivir
radicalmente el evangelio de Jesús. Y
fue entonces cuando Francisco,
despojándose de todos sus vestidos y
títulos familiares, y lleno de seguridad
y paz interior decidió que
...desde ahora sólo diría: Padrenuestro
que estás en los cielos... Y
desde ese momento el amor al Padre-Dios
fue toda su vida.
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